Focus Entertainment y Mundfish nos sorprenden con el segundo de los cuatro DLCs totales pertenecientes al Atomic Pass («pase de temporada») de Atomic Heart. Trapped in Limbo es una experiencia totalmente distinta al título principal, contando con mecánicas que nada tienen que ver con este.
Explicado esto, dentro análisis:
Atrapado en el Limbo de Atomic Heart
Atomic Heart – Trapped in Limbo nos sumerge de lleno en un «caramelizado» y colorido mundo conocido como ‘el Limbo’, donde nuestro protagonista el Mayor P-3 aparece, por algún motivo, transformado en una especie de yeti que ni siquiera es capaz de hablar (algo muy característico de él). A partir de aquí, la historia se sigue expandiendo a través de ligeras cinemáticas y, sobre todo, conversaciones y notas de audio que podemos escuchar mientras jugamos. Esto hasta llegar al final, donde se nos revela qué era exactamente ese extraño mundo aparecido de la nada.
Aunque eso sí, al tratarse más bien de una historia paralela, no esperéis que la narrativa avance, porque realmente no es que lo haga demasiado. Por contraparte, Annihilation Instinct sí que proponía una continuación del final del título principal, justo donde este lo dejaba.
Saltos y más saltos
En Atomic Heart – Trapped in Limbo pasamos a hacer uso de mecánicas totalmente inéditas en el título, como son las rampas, velocidad y salto. Durante la mayor parte del DLC, lo que haremos será deslizarnos vertiginosamente por rampas cada vez más complejas, donde nuestro movimiento será controlado con el movimiento de la cámara (es decir, el joystick derecho). Más adelante, encontraremos otros desafíos relacionados más bien con el «parkour», con saltos verticales y desplazamiento por terrenos peligrosos.
En las zonas intermedias encontraremos combates contra jefes o supervivencia contra enemigos de lo más extravagantes, cuya forma de vencerlos es similar a lo que podría ser un minijuego. Durante todo el viaje, podremos recoger monedas doradas que nos servirán para desbloquear skins de armas para el juego base. Así como manzanas rojas, con la función de gastarlas para desbloquear nuestras armas y habilidades (para uso exclusivo en este DLC), y mejorarlas.
Un mundo «caramelizado»
El mundo que nos presenta este segundo DLC de Atomic Heart es uno muy -pero que muy- distinto a lo visto en su aventura principal y primer contenido descargable. Pasamos de un entorno deprimente, oscuro y violento, a una ambientación donde todo lo que podemos observar tiene que ver con dulces y caramelos, con un colorido que sorprende mucho cuando estamos hablando de un juego así.
Por su parte, los enemigos en su mayoría no resultan en absoluto amenazantes, y de hecho algunos en tamaño no nos llegarán ni a las rodillas, lo que inevitablemente va a provocarnos más de una risa mientras jugamos. Y justamente esa es la intención de Trapped in Limbo, ponernos una sonrisa en la cara mientras, a la misma vez, sufrimos con sus desquiciantes plataformas.
Atomic Heart – Trapped in Limbo te atrapará en su Limbo
Como conclusión, podemos decir que, si bien Atomic Heart – Trapped in Limbo no es un imprescindible para la expansión de su narrativa, como sí lo es Annihilation Instinct, es un gran contenido descargable si lo que buscáis es pura diversión, risas y desafío sin más. Podéis esperar un mundo muy «cuqui» con extravagantes mecánicas inéditas, así como la posibilidad de desbloquear hasta 7 skins para vuestras armas en el título principal.
Podéis comprar este DLC para Xbox Series X|S, Xbox One, PS5, PS4 y PC por un precio de 9,99€, o también incluido sin coste adicional si adquirís el Atomic Pass por 39,99€. Por supuesto, necesitáis Atomic Heart (también incluido en Xbox Game Pass) para poder disfrutarlo.
Os recordamos que podéis seguir leyendo toda la actualidad del videojuego en Área Xbox.
Atomic Heart
Pro.
- La historia se sigue expandiendo
- Nuevas mecánicas y minijuegos
- Desbloqueo de skins para el juego principal
Contra.
- La parte final empaña un poco la experiencia
Acerca del autor
Juego a videojuegos desde que tengo uso de razón, así que se puede decir que me gusta un poco hablar sobre ellos.
